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El olor pútrido que podría salvar sus arterias

Se que no suena nada atractivo. Pero vale la pena que le hable hoy de ello.

Y es que hay un compuesto responsable de crear un mal olor que podría salvarle la vida. Y lo bueno es que puede beneficiarse de él sin tener que olerlo…

Verá, el químico en cuestión se llama putrescina. El nombre ya lo dice todo. Y es que la putrescina, junto con la cadaverina, el indol y el escatol son cuatro compuestos típicos de la descomposición corporal después de la muerte y causantes “del olor a muerto”.

Su nariz detecta lo que está pasando. Detecta el olor a MUERTE, en este caso la muerte de células y tejidos muertos.

Su cuerpo también lo siente. De hecho, esa sustancia química, y su olor, activan células inmunitarias especiales llamadas macrófagos.

Son como el equipo CSI de su cuerpo, apareciendo en la escena del crimen.

Vale, tal vez no sea un asesinato. Pero tiene un montón de células muertas ahí, y los macrófagos necesitan entrar y encargarse de la situación.

Lo que hacen es que rodean las células muertas y las “barren”.

Cuando el proceso funciona bien, no tiene de qué preocuparse. Sin embargo, a medida que envejece, su cuerpo puede parecerse un poco a un vecindario que ha visto días mejores. Hay más células muriendo (¡más de mil millones al día!) y se están muriendo más rápido que nunca.

En algún momento, los macrófagos simplemente no pueden seguir el ritmo.

En lugar de ser barridas rápidamente, las células muertas comienzan a acumularse y eso causa dos tipos de daños dentro de las arterias:

  • Placas fibrosas.
  • Inflamación.

Esto facilita que esas acumulaciones se adhieran a las paredes de las arterias.

Y eso, amigo mío, es la definición misma de arterioesclerosis: acumulaciones adheridas a las paredes, lo que hace que se endurezcan y obstruyan el flujo sanguíneo.

Y aquí es donde entra la apestosa putrescina. Se está investigando para convertirlo en un medicamento que sirva para activar más macrófagos para limpiar las arterias.

Afortunadamente, hoy ya hay una solución más simple, que no huele mal y tampoco tiene que esperar a que la desarrollen.

Ya está aquí, ahora mismo.

El extracto de ajo envejecido puede proteger las arterias, bloquear esas acumulaciones y potencialmente “barrer” lo que ya está allí acumulado.

Además está disponible en formas completamente inodoras. Yo normalmente recomiendo de 1.200 mg a 2.400 mg al día. Un médico integrativo puede ayudarle a determinar la mejor dosis para usted.

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