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¿Se siente enfermo y hecho una piltrafa?

Agradezca a su cerebro que así le ayude a recuperarse

Hay una cosa peor que estar cerca de alguien que está quejumbroso y febril… ¡y es ser la persona que se encuentra mal!

Los resfriados, la gripe y otras infecciones pueden dejarle fuera de servicio durante días, tirado en la cama o el sofá, hecho una piltrafa y preguntándose “¿Por qué yo?

Pero hoy le traigo buenas noticias, que le harán tomárselo mejor cuando se encuentre así, y es que la investigación ha encontrado que cuando estar malo le hace sentirse miserablemente mal… ¡es una gran noticia!

Engañando a la enfermedad

¿Sabe quién orquesta todo ese malestar que le hace sentirse así de mal? Su cerebro.

Dos estudios recientes descubrieron que es su materia gris la que lo hace sentirse así cuando está ENFERMO, y que lo hace para ayudarle a recuperarse.

Y aunque esta investigación se realizó en ratones, nuestros cuerpos responden a las enfermedades de manera similar.

Ambos estudios se centraron en áreas específicas del cerebro que se activan durante la enfermedad.

En el primer estudio, los investigadores inyectaron a los ratones un agente inflamatorio que imitaba una infección bacteriana o viral. Y al igual que les ocurre a las personas cuando enferman, los animales comenzaron a sentirse mal.

Se volvieron febriles y letárgicos, reduciendo drásticamente su ingesta de comida, bebida y el movimiento.

Al mismo tiempo, la temperatura de sus cuerpos se desplomó, por lo que buscaron lugares cálidos para descansar.

Los investigadores descubrieron que esos síntomas eran generados por neuronas específicas en el hipotálamo. Como resultado de ello, los ratones cambiaron su comportamiento para ayudar a conservar energía y movilizar su sistema inmunológico para combatir infecciones.

E incluso cuando los investigadores estimularon esas MISMAS neuronas del hipotálamo, SIN enfermar a los ratones, sus cerebros también les hicieron ACTUAR como si estuvieran enfermos.

En el segundo estudio, esta vez en ratones enfermos, los investigadores anularon neuronas en dos partes diferentes del tronco encefálico. ¿Y adivina qué? ¡Esta vez, apenas se notaba que estaban enfermos!

Eso significa que el CEREBRO puede elevar nuestra temperatura y reducir nuestro apetito cuando estamos enfermos… y devolverlos a la normalidad cuando ya estamos bien.  Y, según los investigadores, “es útil saber que el cerebro está haciendo esto a propósito”.

 

 

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