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Lunares: lo que toda persona mayor debe saber

Envejecer conlleva una buena cantidad de desafíos.

Nuestros cuerpos no se recuperan como antes. Los dolores y molestias se convierten en compañeros diarios. Y es difícil no fijarse en cada nueva arruga o mancha cutánea de la edad.

Pero, aunque a menudo nos centramos en los cambios visibles de la piel, una amenaza silenciosa puede estar gestándose bajo la superficie…

Una nueva investigación revela cómo el peaje físico del envejecimiento de la piel puede abrir paso a un melanoma potencialmente mortal.

A medida que envejecemos, nuestra piel sufre una transformación dramática. Las fibras de colágeno y elastina se descomponen, dejando la piel más fina, seca y propensa a la flacidez. Los científicos creen que estos cambios también contribuyen a consecuencias más peligrosas.

Investigadores del Johns Hopkins Kimmel Cancer Center de Estados Unidos han descubierto que el endurecimiento de la piel relacionado con la edad desencadena un aumento de una proteína llamada ICAM1. Esta proteína actúa como fertilizante para el crecimiento de tumores, ayudando a las células cancerosas a establecer una red de vasos sanguíneos para impulsar su rápida propagación.

Y, lo que es peor, la ICAM1 hace que estos vasos tengan “fugas”, creando esencialmente una ruta de escape para que las células malignas invadan órganos distantes. No es de extrañar que las personas mayores se enfrenten a mayores riesgos de recurrencia, metástasis y mortalidad del melanoma en comparación con personas más jóvenes.

Los cambios en las proteínas estimulan la metástasis

Entonces, ¿cuál es la fuerza impulsora detrás de este peligroso aumento de proteínas? Se trata de cambios relacionados con la edad en la estructura de soporte de la piel.

A medida que envejecemos, nuestra piel produce menos proteína llamada HAPLN1. Esta proteína es crucial para mantener la integridad de la matriz extracelular, una red similar a una malla que mantiene la piel flexible y resistente.

Sin suficiente HAPLN1 para mantener los tejidos juntos, la matriz comienza a romperse y endurecerse. Esto aumenta indirectamente los niveles de ICAM1, preparando el escenario para el crecimiento y la propagación agresivos del tumor.

Si bien estos hallazgos pueden parecer desalentadores, también abren posibilidades interesantes para el tratamiento del melanoma en personas mayores. Los investigadores demostraron que administrar a ratones mayores con melanoma un fármaco para inhibir ICAM1 redujo drásticamente el tamaño del tumor y evitó la metástasis.

Este avance sugiere que apuntar a ICAM1 podría cambiar las reglas del juego para detener el melanoma, especialmente en los ancianos. Con más investigación, es posible que veamos el desarrollo de nuevos fármacos que bloqueen selectivamente los efectos cancerígenos de esta proteína.

La importancia de la detección temprana

La mejor defensa contra el melanoma sigue siendo la detección temprana. Al detectar crecimientos sospechosos antes de que tengan la posibilidad de propagarse, el pronóstico de un tratamiento exitoso se dispara.

Por eso es fundamental familiarizarse con las señales de advertencia ABCDE del melanoma:

  • Asimetría: la mitad del lunar se ve diferente a la otra.
  • Borde: Los bordes son irregulares, mal definidos.
  • Color: La pigmentación no es uniforme, con tonos tostados, marrones, negros, blancos, rojos o azules.
  • Diámetro: el punto mide más de 6 mm.
  • Evolucionando: el lunar cambia de tamaño, forma o color.

Si nota lunares o marcas en la piel que muestren estas características, no espere: programe una cita con un dermatólogo lo antes posible para un examen profesional.

Más allá de estar atento a las señales de advertencia, y ahora que se acerca el verano, puede tomar medidas proactivas para salvaguardar la salud de su piel a medida que envejece:

  • Proteja su piel del daño de los rayos UV buscando sombra y usando ropa protectora
  • Revise su piel de pies a cabeza todos los meses para detectar crecimientos nuevos, cambiantes o inusuales. No olvide los lugares que a menudo pasan desapercibidos, como el cuero cabelludo, entre los dedos de los pies y las axilas.
  • Consulte a un dermatólogo anualmente para un examen profesional de la piel de todo el cuerpo. Pueden detectar problemas potenciales que ojos inexpertos podrían pasar por alto.
  • Nutra su piel desde adentro consumiendo una dieta rica en antioxidantes, grasas saludables y vitaminas A, C, D y E para promover la renovación y reparación de las células de la piel.

Al combinar estos hábitos preventivos con la conciencia de las vulnerabilidades únicas de la piel envejecida, estará bien equipado para detectar cualquier problema potencial antes de que se salga de control.

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