Signos reveladores del deterioro cognitivo ocultos en sus conversaciones
Pistas ocultas en sus charlas cotidianas
A medida que envejecemos, es natural experimentar cierta desaceleración.
Tal vez de vez en cuando olvide dónde puso las llaves, o le lleve un poco más de tiempo recordar un nombre.
Pero existe una diferencia significativa entre estos cambios normales relacionados con la edad y los primeros signos de deterioro cognitivo más grave.
Si bien no podemos retroceder en el tiempo, podemos armarnos de conocimiento para detectar problemas potenciales desde el principio. Después de todo, cuando se trata de la salud del cerebro, la prevención y la intervención temprana son nuestros mejores aliados.
Las pistas ocultas en sus conversaciones cotidianas
Una investigación reciente de la Universidad de Toronto ha descubierto una intrigante señal de alerta temprana del deterioro cognitivo: la velocidad de nuestro habla.
No se trata solo de luchar de vez en cuando para encontrar la palabra correcta (todos tenemos esos atascos de vez en cuando), sino más bien del ritmo general de nuestras conversaciones cotidianas.
Esto es lo que encontró el estudio: el ritmo al que hablamos en las conversaciones cotidianas podría ser un indicador más preciso de la salud del cerebro que la dificultad para encontrar palabras específicas.
Si bien muchos estudios anteriores se centraron en las dificultades para encontrar palabras, esta investigación sugiere que podría estar en juego una desaceleración más amplia en el procesamiento cognitivo.
Utilizando inteligencia artificial, los investigadores analizaron varios aspectos del habla de los participantes, incluida la velocidad, la duración de las pausas y la variedad de palabras.
El estudio encontró que la disminución relacionada con la edad en las capacidades «ejecutivas» (como la concentración, la velocidad de pensamiento y la planificación de tareas) estaba estrechamente relacionada con el ritmo del habla.
Por ello, si nota una desaceleración general en la rapidez con la que usted o un ser querido habla, puede que valga la pena prestarle atención. Las pausas más frecuentes o más largas entre palabras podrían ser una señal de cambios en el procesamiento cognitivo.
El uso de una gama más pequeña de palabras en las conversaciones cotidianas también podría indicar cambios cognitivos. Las dificultades para planificar o realizar tareas de varios pasos también podrían estar relacionadas con estos cambios en el habla.
Más allá del habla
Si bien este estudio se centra en los patrones del habla, es importante estar alerta ante otros posibles signos tempranos de deterioro cognitivo.
Estos incluyen olvidar información aprendida recientemente o fechas y eventos importantes, desafíos para desarrollar o seguir un plan, o dificultades para trabajar con números.
Es posible que note confusión con el tiempo o el lugar, como perder la noción de las fechas, las estaciones o el paso del tiempo. Los problemas de percepción visual, como dificultad para leer o calcular distancias, también pueden ser una señal.
Otro indicador potencial es el abandono de actividades sociales, pasatiempos, proyectos laborales o compromisos sociales.
Si le preocupa el deterioro cognitivo, hay medidas que puede tomar. Si nota cambios persistentes en su habla o sus capacidades cognitivas, coméntelos con su médico.
Manténgase mentalmente activo participando en actividades que desafíen su cerebro, como rompecabezas, aprendiendo un nuevo idioma o emprendiendo un nuevo pasatiempo. También se ha demostrado que el ejercicio físico regular favorece la salud del cerebro.
Por otro lado, mantener las conexiones sociales es crucial para el bienestar cognitivo y consumir una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras puede favorecer la salud del cerebro. Y no olvide la importancia de un sueño adecuado y reparador, esencial para la función cognitiva.
Recuerde: los olvidos ocasionales o los deslices son parte del proceso normal de envejecimiento. Pero si nota cambios persistentes en sus patrones de habla o en los de un ser querido, vale la pena comentarlo con su médico. La detección temprana puede abrir puertas a intervenciones y cambios en el estilo de vida que podrían marcar una diferencia significativa en la salud cognitiva a largo plazo.