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Alzhéimer silencioso: cuando el cerebro oculta los signos

Todos conocemos los signos reveladores de la enfermedad de Alzheimer: los lapsos de memoria, la confusión, la lucha por encontrar las palabras adecuadas…

Estos síntomas pueden ser desgarradores de presenciar en un ser querido y aterradores de imaginar en nosotros mismos.

Pero, ¿qué pasaría si le dijera que algunas personas pueden tener el alzhéimer gestándose en el cerebro… sin mostrar ni un solo síntoma?

Puede parecer sacado de una novela de ciencia ficción, pero investigadores de los Países Bajos han hecho recientemente un descubrimiento sorprendente.

Mientras estudiaban datos de más de 2.000 cerebros en el Banco de Cerebros de los Países Bajos, encontraron un subgrupo de individuos cuyo tejido cerebral mostraba claramente las características de la enfermedad de Alzheimer (la acumulación tóxica de proteínas amiloides y tau), pero estas personas nunca mostraron ningún síntoma mientras estaban vivos.

El fenómeno de la “resiliencia”

Este sorprendente hallazgo ha dejado a los científicos rascándose la cabeza y preguntándose: ¿cómo pueden algunos cerebros resistir los estragos del alzhéimer mientras otros sucumben a sus efectos devastadores?

La respuesta, al parecer, reside en un concepto llamado “resiliencia”.

En el grupo resiliente, los investigadores observaron algunas diferencias fascinantes en el comportamiento de las células cerebrales. Los astrocitos, algo así como los “recolectores de basura” del cerebro, parecían estar produciendo más antioxidante llamado metalotioneína. Esto podría ayudar a proteger el cerebro de los efectos dañinos de la inflamación y el estrés oxidativo.

Además, las células cerebrales de los individuos resistentes parecían tener una respuesta más robusta a las proteínas tóxicas mal plegadas, eliminándolas antes de que pudieran causar estragos. Y quizás lo más intrigante es que estas células mostraron signos de tener más mitocondrias, las centrales eléctricas que mantienen nuestras células cerebrales con energía y funcionando de la mejor manera.

Construyendo su reserva cognitiva

Entonces, ¿qué podemos aprender de estos cerebros resilientes? Según expertos como el Dr. David Merrill, psiquiatra geriátrico del Pacific Brain Health Center, los factores genéticos y de estilo de vida pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de nuestra “reserva cognitiva”; esencialmente, la capacidad de nuestro cerebro para resistir daños y seguir funcionando a un ritmo alto.

El Dr. Yuko Hara, director de Prevención del Envejecimiento y Alzheimer de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation, señala que puede haber un desfase de 20 a 30 años entre los primeros signos de depósitos de amiloide en el cerebro y la aparición de los síntomas del alzhéimer. Esto significa que tenemos una valiosa ventana de oportunidad para fortalecer nuestra reserva cognitiva a través de elecciones de estilo de vida y actividades que estimulen el cerebro.

Algunas de las estrategias más prometedoras incluyen:

  • Aprender nuevas habilidades, como un idioma o a tocar un instrumento musical.
  • Participar en actividades mentalmente desafiantes, como rompecabezas o ajedrez.
  • Mantenerse socialmente conectado e intelectualmente comprometido.
  • Mantener una dieta saludable y una rutina de ejercicio regular.

Si bien estos individuos resilientes pueden ser la excepción y no la regla, su existencia ofrece esperanza en la lucha contra el alzhéimer. Al comprender los mecanismos detrás de su resiliencia, podremos desarrollar nuevas estrategias de prevención y tratamiento.

El descubrimiento del alzhéimer sin síntomas es un recordatorio de que nuestros cerebros son órganos increíblemente complejos y adaptables. Si bien no podemos cambiar nuestra genética, sí tenemos el poder de tomar decisiones en nuestro estilo de vida que respalden la salud de nuestro cerebro y reduzcan potencialmente nuestro riesgo de desarrollar alzhéimer.

Desafíe su mente, nutra su cuerpo y manténgase conectado con las personas y actividades que le brindan alegría.

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