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¿Este mal hábito está borrando sus recuerdos?

Imagínese perder lentamente la capacidad de recordar los rostros de sus seres queridos, de evocar buenos recuerdos o de realizar tareas cotidianas sencillas.

Esta pesadilla es la realidad para millones de personas afectadas de deterioro cognitivo o demencia.

Es un destino tan aterrador que la mayoría de nosotros haríamos cualquier cosa para evitarlo. Cambiaríamos nuestra dieta, haríamos más ejercicio, aprenderíamos un nuevo idioma… cualquier cosa para mantener nuestra mente ágil y nuestra memoria intacta.

Pero ¿qué pasaría si la medida más poderosa que pudiera tomar para proteger su cerebro fuera algo que debería haber hecho hace años? (Pero no es demasiado tarde para empezar).

El mayor enemigo del cerebro

Un estudio innovador que abarca 14 países europeos ha descubierto una verdad sorprendente: fumar puede ser el factor más influyente a la hora de determinar si los adultos mayores desarrollarán deterioro cognitivo.

Este proyecto de investigación masivo, publicado en Nature Communications, siguió a más de 32.000 adultos de entre 50 y 104 años durante 15 años.

Lo que encontraron fue impactante.

Independientemente de otros factores de estilo de vida (como el consumo de alcohol, la actividad física o el contacto social), los no fumadores mostraron consistentemente tasas más lentas de deterioro cognitivo en comparación con los fumadores.

En otras palabras: si está buscando el paso más crucial para preservar la función cerebral a medida que envejece, podría ser tan simple (y tan difícil) como dejar de fumar.

La dura verdad sobre un hábito difícil

Ahora sé lo que está pensando. Todos hemos oído que fumar es malo para la salud. Está impreso en cada paquete de cigarrillos, nos lo inculcan mediante campañas de salud pública y nos sermonean médicos bienintencionados.

Pero para aquellos atrapados en las garras de la nicotina, dejar de fumar puede parecer un desafío insuperable.

La adicción es una fuerza poderosa y fumar es uno de los hábitos más difíciles de abandonar.

Pero tengo que preguntarle: ¿realmente vale la pena? ¿Vale la pena perder la capacidad de reconocer a sus nietos o de recordar los momentos más felices de su vida por esas caladas (aparte de todos los demás daños que produce el tabaco)?

Los números no mienten

Analicemos lo que encontraron los investigadores.

Durante un período de 10 años, los puntajes de memoria de los fumadores disminuyeron hasta 0,17 desviaciones estándar más que los no fumadores, y sus puntajes de fluidez verbal (la capacidad de nombrar rápidamente elementos de una categoría) disminuyeron hasta 0,16 desviaciones estándar más. (Hay varios métodos para evaluar la capacidad cognitiva, uno de los más usuales es el sistema de puntuación de CogniFit).

Pueden parecer números pequeños, pero se traducen en diferencias notables en la función cognitiva diaria a lo largo del tiempo.

Aún más sorprendente es que los fumadores que seguían todos los demás hábitos saludables (consumo moderado de alcohol, ejercicio regular y contacto social frecuente) seguían mostrando un deterioro cognitivo más rápido que los no fumadores que no seguían estos hábitos.

Es como si fumar anulara los beneficios de otras opciones de estilo de vida saludables cuando se trata de la salud del cerebro.

A medida que envejecemos, preservar nuestra función cognitiva se vuelve cada vez más crucial. Este estudio es un claro recordatorio de que nuestras elecciones de estilo de vida de hoy pueden tener un profundo impacto en nuestra salud cerebral del mañana.

Aquí está la buena noticia: si usted es fumador, dejar de fumar ahora podría ser la medida más poderosa que pueda adoptar para proteger su cerebro.

Considere esto como una llamada de atención. NUNCA es demasiado tarde para dejarlo y su yo futuro, con una mente más aguda y recuerdos intactos, se lo agradecerá.

Si ya ha intentado dejar de fumar y no lo ha logrado, no pierda la esperanza. Póngase en contacto con su proveedor de atención médica para obtener apoyo y explore los numerosos recursos disponibles.

Vale la pena luchar por sus recuerdos, sus capacidades cognitivas y su calidad de vida en sus últimos años. ¿No es hora de elegir su mente antes que el próximo cigarrillo?

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