¿Reducir el dolor y aumentar la movilidad? (¡Simple!)
En el e-Tips de ayer le hablé de una parte del cuerpo que ha sido durante mucho tiempo ignorada y que ahora está generando revuelo en ciertos círculos, si bien en otros sigue siendo relativamente desconocido.
¿Qué es? El tejido conectivo, llamado fascia.
Pero los buenos consejos de salud no surgen de tendencias ni modas, sino de ciencia sólida.
Y según las últimas investigaciones, si sufre dolor crónico o problemas de movilidad, el culpable podría ser la fascia dañada.
Siga leyendo para saber qué es la fascia, qué hace y por qué las cosas podrían ir mal. Además verá qué puede hacer usted para que su fascia le ayude a mantenerse libre de dolor.
Conectando con su tejido conectivo
La fascia es el tejido conectivo que rodea, sostiene y conecta cada órgano, músculo, hueso, vaso sanguíneo y fibra nerviosa de todo el cuerpo.
Está formado por dos tipos de tejido, ambos clave para el movimiento.
El primero es la fascia densa y resistente, que estabiliza las articulaciones y mantiene todo en su lugar. La fascia suelta es resbaladiza y permite que los músculos, las articulaciones y los órganos se deslicen entre sí de forma segura.
Ambos están repletos de terminaciones nerviosas, por lo que si la fascia se tensa, se pone rígida, se inflama o se daña, puede restringir el movimiento y causar dolor crónico.
Por ejemplo, los movimientos repetitivos, las lesiones y las cirugías no solo causan estragos en las articulaciones y los músculos, sino que TAMBIÉN pueden dañar la fascia.
Puede ser difícil determinar qué es lo que duele, pero generalmente el movimiento EMPEORA el dolor articular y muscular… y ALIVIA el dolor de la fascia.
Además, estar sentado durante horas hace que la fascia se acorte, se vuelva rígida y forme adherencias pegajosas que limitan la movilidad.
La inactividad también puede provocar que la fascia cambie de forma. Algunas personas que se inclinan constantemente sobre sus teléfonos móviles desarrollan una postura encorvada, lo que hace que la fascia del cuello y los hombros se transforme en una “C”.
Y luego está el proceso de envejecimiento, que puede provocar que la fascia se endurezca.
Todo esto puede afectar a la fascia, lo que a su vez puede provocar dolor y disfunción localizada, o dolor en otra parte del cuerpo si se mueve de forma forzada para compensar.
Además, la fascia rígida o dañada puede limitar gravemente la movilidad y contribuir a OTROS problemas de salud.
Póngase en movimiento
Amigo, la inactividad puede CAUSAR daños en la fascia. Por eso, hacer ejercicio y mantenerse activo son las MEJORES formas de mantener la fascia saludable, fuerte y elástica. Incluya:
- Entrenamiento de resistenciapara fortalecer la fascia.
- Ejercicios de movimiento, como nadar y bailar, y ejercicios de rebote, como saltar a la cuerda o hacer saltos de tijera, que la mantienen lubricada y flexible.
- Estiramientos dinámicos, como torsiones o sentadillas, que benefician tanto la fascia dañada como la sana.
Si no ha estado activo últimamente, comience a hacerlo lentamente. Considere la posibilidad de trabajar con un fisioterapeuta, quien puede brindarle orientación y ayudar a prevenir lesiones.
También hay muchos equipos relacionados con la fascia en el mercado, como rodillos de espuma y pistolas de percusión. Pueden aumentar temporalmente la flexibilidad y aliviar el dolor fascial, pero no se exceda.
En cuanto a tendencias como el “fascia blasting” (básicamente, romper agresivamente la fascia), no hay evidencia de que funcione, y a menudo causa hematomas.
Un consejo más: beber mucha agua ayuda a mantener la fascia suelta y lubricada.