Este medicamento habitual es aún más dañino de lo que pensábamos
Los enterovirus actúan durante todo el año y, si bien se produce un repunte especial en verano, este virus siempre está acechando, a la espera de su oportunidad para atacar.
Cuando lo hace, en lugar de hacer que su víctima se sienta dolorida y con ganas de meterse en la cama, afecta a las vías respiratorias altas.
Si contrae el virus, piénseselo dos veces antes de ir al médico de cabecera para que le recete algo.
Porque hacerlo podría ser desastroso.
Evite este error común
Los médicos de cabecera suelen recetar antibióticos, los cuales no ayudan en absoluto.
Un estudio realizado con más de 500.000 pacientes ha descubierto que casi la mitad de todas las recetas de antibióticos se prescriben sin un diagnóstico previo. Así que, si tiene una infección vírica, es muy probable que le receten un antibiótico ¡cuando en realidad no lo necesita!
Los antibióticos no pueden acabar con los virus, pero eso no significa que pasen por el cuerpo sin hacer nada.
El virus sembrará su propio caos. Y, entonces, el antibiótico terminará de confundir por completo a su sistema inmunológico.
Me explicaré…
En un nuevo estudio, cuando los científicos administraron antibióticos a los ratones, descubrieron que la carga vírica de sus pulmones había aumentado cinco veces… ¡en dos días!
No es necesario que le diga que eso sería un auténtico desastre para usted.
A menos que haga esto.
Todo está en el intestino
Los antibióticos tienen un fin: destruir a las bacterias. Eso significa que las bacterias buenas del intestino también se convierten en víctimas.
¿El resultado? El sistema inmunológico se colapsa.
Los investigadores del estudio se dieron cuenta de esto, así que dieron probióticos a los ratones.
Al hacerlo, el resultado fue la recuperación total. Y, además, ¡adquirieron resistencia frente a las infecciones víricas!
La mejor forma de consumir probióticos son los alimentos fermentados, como el chucrut, las verduras fermentadas, el kimchi e incluso el yogur (sin azúcares añadidos ni edulcorantes).
Pero si es un sabor que no le apasiona, busque un complemento con multitud de cepas distintas de probióticos y miles de millones de unidades formadoras de colonias (UFC) de un laboratorio de su confianza.
Asegúrese también de complementar los probióticos consumiendo mucha fibra y prescindiendo del azúcar. El azúcar alimenta a las bacterias malas del intestino. Si toma demasiado, desplazará a los probióticos que haya tomado.
Y si cree que tiene una infección, utilice extracto de baya de saúco en cuanto note los primeros signos de la infección para acabar con ella. Cuanto antes, mejor.