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Se dispara el consumo de analgésicos

No arriesgue su vida

Casi el 10% de toda la medicación que se prescribe en recetas en España corresponde a analgésicos, para que se haga una idea de su alto consumo. Y eso sin contar los que no prescribe un médico, sino que simplemente se va a la farmacia y se adquieren.

Tomar analgésicos no solo es mucho más peligroso de lo que piensa: puede ser MORTAL.

Creo que es obvio decir que NADIE quiere sufrir dolor.

El dolor no solo puede arruinar su vida. Es que el dolor… DUELE.

En Estados Unidos se llevó a cabo una investigación que hoy le traigo porque creo que todo el mundo puede aprender de ella. Encontró que el 32% de los estadounidenses toman analgésicos sin receta todos los días. De ellos, el 20% los toma una vez al día… y el 12% los toma unas cuantas veces al día.

Pero los investigadores revelaron algo aún MÁS inquietante…

La mayoría de los MILLONES de personas que toman analgésicos NO sienten dolor.

Un sorprendente 57% cree que es más importante prevenir el dolor que detenerlo una vez que comienza y casi la MITAD dice que los analgésicos son su principal forma de prevención.

Sin dolor

Las personas que toman analgésicos cuando en realidad no los necesitan tienen MIEDO de que el dolor vuelva y de cuánto DOLERÁ cuando regrese.

Pero los analgésicos no son inocuos; incluso los medicamentos sin receta que mucha gente cree que son seguros. Tienen un lado oscuro.

Y su consumo prolongado puede provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, daños renales y hepáticos, hemorragias estomacales y otros efectos secundarios peligrosos o mortales.

Afortunadamente, existen formas seguras y efectivas que ayudan a prevenir el dolor, aliviarlo y evitar que regrese, SIN medicamentos peligrosos.

  • Prevención: Los estiramientos, los rodillos de espuma, las ruedas traseras e incluso ponerse de pie pueden hacer maravillas para el dolor de espalda y muscular. Para el dolor de rodilla, considere un suplemento de cáscara de huevo natural, que puede amortiguar su articulación.
  • Alivio: Cuando el dolor finalmente aparece, la terapia de calor o un tratamiento tópico que contenga capsaicina o DMSO (Dimetilsulfóxido) pueden proporcionar un alivio instantáneo.
  • Prevención: para mantener alejado el dolor, considere terapias respaldadas por la ciencia para el dolor crónico. La quiropráctica, la acupuntura, los masajes, el yoga, la fisioterapia y otras terapias pueden reducir la intensidad y frecuencia de los episodios de dolor.

Además, para ayudar a aliviar y mantener a raya todas las formas de dolor, considere incorporar a su rutina diaria combatientes naturales contra la inflamación, como aceite de pescado o curcumina.

Hable con un médico que practique la medicina integrativa o funcional, para que pueda adaptar las opciones naturales a su condición específica.

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