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La verdad sobre los fármacos contra el cáncer

Por un momento imagine que usted formara parte de la comisión decisoria de la FDA de Estados Unidos que debe decidir sobre la autorización de nuevos medicamentos. O de la Agencia Europea del Medicamento (AEM) o la española AEM.

Su trabajo consiste en decidir qué fármacos pueden aprobarse para su uso y cuáles permanecerán sin permiso.

Algunas de sus decisiones serán fáciles, pues en algunos casos los estudios mostrarán que un fármaco va a ser de buena ayuda para los pacientes, con mínimos efectos adversos.

Pero, ¿qué ocurre cuando el fármaco va dirigido a enfermos de cáncer que solo tendrán unos pocos años de vida tras el diagnóstico?

¿Negaría el permiso, dado que la ciencia no es perfecta y el fármaco podría ser responsable de la muerte de esas personas?

La mayoría de los fármacos requiere ensayos aleatorios controlados con placebo.

Aunque los fármacos contra el cáncer constituyen una excepción, ya que intentar montar una prueba experimental sobre un grupo reducido de población, pero privando a algunos pacientes del fármaco se considera inhumano.

Por lo tanto, si un ensayo reducido demuestra que puede mejorar la esperanza de vida de los pacientes (mejoría, no curación), su aprobación SE REALIZA POR LA VÍA RÁPIDA.

De esta manera, según la FDA (o las agencias europea y española)  las personas no mueren esperando una cura, y luego ya requieren estudios de seguimiento.

Sin embargo, lo que termina pasando es que todos estos pacientes con cáncer que “iban a morir” terminan siendo conejillos de indias en el juego interesado de las grandes empresas farmacéuticas.

Así pues, desgraciadamente, muchos fármacos no tienen las mismas tasas de éxito que esos ensayos reducidos que sí consiguieron ser aprobados o los efectos adversos demuestran serlo demasiado. A menudo, muchas personas terminan sufriendo… y muriendo.

Y, finalmente, el medicamento se retira del mercado (pero ya es demasiado tarde para quienes lo tomaron).

Es un dilema, ¿verdad?

Bueno, lo es si se parte de la base de que los nuevos medicamentos de las grandes farmacéuticas son la única esperanza de cura.

¡Pero ese no es el caso!

Ya ve, siempre hay opciones. ¡Y yo elijo las que no tienen efectos secundarios!

Métodos COMPROBADOS para vencer el cáncer

Existen algunos remedios naturales ensayados y comprobados a lo largo del tiempo que pueden ayudarle a vencer el cáncer.

Algunos funcionan mejor asociados a otros; algunos incluso funcionan mejor cuando se administran junto con el tratamiento farmacológico convencional.

Esto es lo que necesita saber:

  1. Elimine el azúcarEsto es simple y debería ser su primer paso. El cáncer y los tumores se alimentan de azúcar. Elimínela de raíz abandonando todas las comidas procesadas y eliminando todo azúcar de su dieta (excepto la fruta). Recuerde, el azúcar siempre es azúcar. Pero las frutas contienen nutrientes muy potentes y antioxidantes que pueden contribuir a cambiar la inercia de la enfermedad.

    La clave aquí son los alimentos procesados. Los azúcares suelen estar ocultos en la lista de ingredientes bajo nomenclaturas difíciles de identificar. Deshágase de ellos y estará en el buen camino para librar a su cuerpo del azúcar.

  2. Ashwagandha
    Esta hierba difícil de pronunciar (léase “as-va-gan-da”) cada vez es más reconocida como uno de los mejores luchadores contra el cáncer.Investigación tras investigación viene demostrando su rara capacidad para BUSCAR Y DESTRUIR las células cancerosas, sin dañar las células sanas en el proceso. Esto significa que la ashwagandha no causará efectos adversos que afecten a su calidad de vida como sí lo harán los fármacos contra el cáncer.

    También ayuda al sistema inmunológico a reparar los daños del ADN, para que el cáncer no pueda encontrar otros puntos de apoyo para su progreso.

  3. Vitamina C intravenosa (VCI)La VCI es uno de mis modos predilectos, de siempre, para destruir el cáncer. De hecho, he administrado más de 50.000 transfusiones.
    Ahora bien, no siempre funciona a la perfección. Aunque, incluso cuando no lo hace, logra reducir los tumores.
    Además, cuando se asocia con las terapias convencionales contra el cáncer, puede reducir significativamente los efectos secundarios.

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