Durante muchos meses, las medidas impuestas por los gobernantes a raíz de la pandemia de Covid-19 pusieron nuestras vidas patas arriba.
Día tras día tuvimos que permanecer en casa. Esa reclusión (con los niños atendiendo las clases online, los adultos teletrabajando, sin vida social) supuso mucho estrés para algunas familias, pero al menos tuvieron compañía constante y personas con quien hablar.
Otros no tuvieron tanta suerte, especialmente las personas mayores.
Al vivir a menudo solos, se vieron completamente aislados, lejos de amigos y familiares, y perdieron el contacto humano regular, un factor CLAVE para nuestra salud y bienestar.
Hoy, la mayoría de nosotros hemos reanudado nuestra vida social, socializando y conectando tanto o incluso más que en los días previos a la pandemia. Pero no todos…
Muchas personas mayores viven aisladas.
En España hay miles y miles de mayores de 65 años SOLOS. En una semana típica, muchos de ellos NO hablan con una sola persona.
Eso es la soledad más absoluta. Y además es un PELIGRO para su salud en general…
Uno es el número más solitario
Para muchas personas mayores afortunadas, sus años dorados son una buena época. Tienen una vida social activa, hobbies y pasan mucho tiempo de calidad con amigos y familiares.
Pero otros se ven empujados inesperadamente a pasar la mayor parte de su tiempo solos.
Puede ocurrir por varias razones, como la muerte del cónyuge o pareja, la separación física de amigos y familiares, tener movilidad limitada o falta de transporte.
Pero sea cual sea la causa, estar solo puede ser un desastre para su salud mental y física.
Los seres humanos somos criaturas sociales. Sin conexión social, somos mucho más propensos al deterioro cognitivo, a sufrir problemas del sistema inmunológico, enfermedades cardíacas y circulatorias de todo tipo, ansiedad, depresión…
Incluso la muerte. Esa falta de contacto humano hace que muchas personas mayores se apagueny se “desconecten” por completo del mundo exterior.
En un estudio realizado recientemente entre personas mayores, el 54% de ellos confesó que incluso una breve charlacon un vecino o conocido mejoraría mucho su día.
La mayoría aseguró que les hace sentir bien cuando alguien les sonríe o les saluda en el banco o en el supermercado. Y estarían encantados si alguien simplemente les preguntaracómo están o cómo va su día a día.
Esto es muy triste.
Amigo, si algo de esto le suena familiar, y se siente solo, o incluso si pasan días sin ver ni hablar con nadie, es hora de actuar para romper con esa situación. Aquí van algunas ideas.
Llame a un viejo amigo o a un pariente con el que no haya hablado en mucho tiempo. Lo más probable es que ellos también estarán felices de saber de usted.
Póngase en contacto con centros de vida social de su entorno (centros de mayores, biblioteca, la junta de su distrito o ayuntamiento, la parroquia de su barrio…). Todos brindan oportunidades para conocer a otras personas y pueden conectarlo con agencias que brindan recursos y apoyo a las personas mayores de la zona.
Considere la posibilidad de adoptar una mascota. Esta decisión brinda compañía y un sentido responsabilidad y de propósito en la vida… junto con muchos besos húmedos. Además, pasear a un perro le da la oportunidad de salir y conectar con vecinos y otros dueños de perros.
Hágase voluntario en alguna asociación. Hará una gran labor social, se sentirá útil y entrará en contacto con otras personas.
Cuídese. Coma bien… duerma lo suficiente… y haga algo de ejercicio.
Y si tiene la suerte de no sentirse solo, levante el teléfono y llame a alguien que lo esté. Le alegrará el día o tal vez incluso toda su semana.